Se acabó. Fin. The End. Y como todos los años, sensaciones agridulces. Da bajón que se acabe el maratón de películas, la montaña rusa de historias y emociones; de días, horarios, salas, filas y butacas... ¿Cuántas confusiones de asiento (e incluso de sala) habéis sufrido o visto en estos nueve días de Festival? Que no se ven nada bien los números de las butacas... o tenemos muchísima presbicia, no sé. Todo el mundo preguntando, ésta es la 9? No, es la 7... oh! esa está al otro lado... Arghh!
El reencuentro. Todos juntitos otra vez
Ha sido el reencuentro con las salas abarrotadas, con las pugnas silenciosas por ocupar el brazo de la butaca, y a la vez, con los sonidos y respiraciones (a veces ronquidos) de tus vecinos de asiento, a veces risas, suspiros, bufidos, lágrimas silenciadas y hasta bravos y aplausos, algunos equivocados como los de ayer en una secuencia "trampa" del pase de Cerdita, de Carlota Pereda. El público aplaudíamos una supuesta acción del personaje, pero resulta que nos habíamos anticipado erróneamente. Carlota nos había engañado (muy lista Carlota) porque nos había ocultado a propósito el desenlace de la escena. El reencuentro también ha sido, como en otro eventos culturales, el reencuentro con personas. Sí, con otrs como tú o muy diferentes a ti. Espectadores ávidos de cine, periodistas ávidos de cine y desde luego cineastas y artistas, ávidos de que veamos su cine. De repente, te hablaba la chica de al lado y tenía acento gallego. La de delante se quedaba encaramada a la butaca como un búho real, resistiéndose a sentarse. O una profesora americana jubilada de la Universidad de Massachusetts preguntaba a mi compañero de fatigas, con un perfecto castellano, qué le había gustado, porque ella parecía haberlo visto todo.
Oh, qué bien, qué frescor que se abarroten las salas con gente de todas las procedencias y condición (aunque ha habido localidades vacías en muchas sesiones, la asistencia según la organización ha sido mejor de lo previsto).
Qué bien que unos afirmen que Pornomelancolía, de Manuel Abramovich, es porno y punto, sin melancolía o apenas; y otros aseguren que sintieron la tristeza y soledad en el alma del sex-influencer Lalo Santos ("sex-influencer", traducción: actor porno con redes sociales y producción porno-casero propia). Zorionak por el merecido premio a la Mejor Fotografía (esos desenfoques tan estéticos para evitar ver "lo que no se podía ver").
La prueba del visón y el culo de Menochet
Qué bien habernos encontrado otra vez con los amigs, family, fijos y visitas del festival, desayunando después de ver una peli, echando unas risas y comentando.
¿Pero dónde se mete el público el resto del año? ¿Son raptados por Netflix?
¿Pero qué ocurre con toda este bendito público el resto del año? ¿Son raptados por Netflix? ¿Es un especie de prodigio, como ocurre con la niña de The Wonder, de Sebastián Lelio que puede vivir sin ingerir alimento alguno? Lo mismo mismo, con muchos de los espectadores que desaparecen durante el año, ¿Cómo podéis vivir sin cine?
Está muy bien disfrutar del Zinemaldi como un evento especial. Pero el cine continúa en las salas todo el año, cine de calidad... Las plataformas no son el mejor refugio. Eso no es ir al cine, es ver películas y series en la tele. The Wonder producida por Netflix, por ejemplo, se estrenará pronto en la plataforma. Seguro que la experiencia no se parecerá en nada a verla en la pantalla grande del K1 con 1.500 personas a las 8:30 de la mañana.
Este otoño invierno, salid de vuestras madrigueras, que ya no hay pandemia, y el cine nos necesita, coñe.
¿Os imagináis a David Bowie, enganchado todo el día a series de Netflix, Amazon y HBO? Dudo mucho que habría sido tan prolífico como compositor, cantante y artista.
Como diría Rosa Montero, escritora que no necesita presentación y miembro del Jurado de esta edición, en su último libro El peligro de estar cuerda: "lo normal es ser raro". Por cierto que la vimos y pudimos hablar con ella en la presentación del libro y es una tía jatorra y genial.
Otras películas que aún no hemos mencionado y que nos han parecido inperdibles:
- la brutalmente divertida Triangle of Sadness, de Ruben Östlund.
- el ejercicio rohmeriano Walk Up, de Hong Sangsoo.
No solo tenemos la vista, que alguns se van a quedar como la Juana de Dreyer... encerrads, ojiplátics y sols.
Gracias amigs festivalers y larga vida al Zinemaldi!
Faltan muchas personas en las fotos, pero estáis tods en nuestro heart!😍 Muak!
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