Crítica de la película LONDON ROAD, una partitura soberbia, pero esclava de un libreto cuestionable narrativamente. El público no la apreció en exceso.

Dir: Rufus Norris
Int: Olivia Colman, Tom Hardy, Anita Dobson, Clare Burt, Rosalie Craig, James Doherty, Hal Fowler
Reino Unido 2015 / 93 min.
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Por Juan
A pesar de estar basado en un musical de gran éxito del National Theatre, se trata de una obra inusual. Una comunidad de vecinos en la ciudad de Ipswich se convierte en el epicentro mediático a causa de los asesinatos en serie de 5 prostitutas. El libreto toma las declaraciones literales de los vecinos, que juzgan, observan, se indignan y hasta justifican la muerte de "esas mujeres de mala vida" que ensombrecían el paisaje de su tranquilo barrio.
La película discurre siguiendo una partitura elaborada por el prestigioso compositor Adam Cork a partir de aquellas declaraciones y mezcla el musical clásico con toques de ragamuffin e incluso de post-rock. Se trata de una composición soberbia, de adaptación del texto y de introducción de los coros. Aunque una gran parte del público no pudo encontrar en ella, ni en el film, ganchos como para disfrutarla. Y es cierto que el guion, al margen del musical, da la sensación de que no está exprimido. Le falta ritmo dramático, que no musical. Quizá el film era esclavo de una partitura, y ésta a su vez de una literalidad a las declaraciones de los vecinos. Pero ese parecía ser el desafío. No creo que tenga una gran acogida en las salas. A mí me gustó.