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Por Juan
El humor de Aki Kaurismaki es muy personal. Con una pizca de absurdo, el realizador finlandés tiene una mirada muy particular cuando crea a sus anti-héroes y anti-heorínas, con los que el espectador empatiza al instante. Kaurismaki los despoja de todo melodrama, de toda trascendencia. Sus penas, que podrían resultar terribles, las aligera, pero no las banaliza. Porque de ellos cuelga una cierta melancolía que nos recuerda que no hay motivos para la risa.
Así ocurre también en Kuollet Lehdet / Fallen Leaves, donde un hombre alcohólico (Jussi Vatanen) y una mujer desesperanzada (Alma Poysti), deambulan como esas "hojas caídas" (maravillosa interpretación de ambos). La vida no les ha tratado ni medio bien y van sobreviviendo como pueden en trabajos precarios que les ofrece un Helsinki súper deprimente y que parece estancado en los 80's, con el eco de fondo del conflicto entre Ucrania y Rusia.
Deberían parecer unos infelices, pero llevan sus dramas con bastante entereza. Y Kaurisamaki les abre en su historia una ventana de esperanza al amor (primero y último).
No es una comedia para la carcajada, pero te ríes en momentos, y sales del cine con el alma recompuesta. No se puede hacer algo más bonito con un material narrativo tan feo.
Galardonado con el FIPRESCI 2023 en este Zinemaldia, que para Kaurismaki ya es el tercero.
INPERDIBLE TOTAL.
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