Por Anton
Maravilloso film que pasó por el Festival de San Sebastian el pasado año, donde no pude verla. Aparte de llevarse el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, ha encandilado a crítica y público. Y eso que dura tres horas. Es de esas historias en la que aparentemente no pasa nada, aunque la maestría de Hamaguchi es precisamente ocultar lo que realmente trascurre bajo la superficie de la historia.
Un conocido director de teatro, que vive en Tokio, y trata de superar un drama reciente, es llamado a Hiroshima para que monte y dirija una obra de Chejov, la inmortal Tio Vania. No es casual que sea una obra del gran maestro ruso, verdadero especialista en subtramas, que afectan de forma esencial al argumento principal de la historia que nos cuenta, mientras sus actores hablan del tiempo. Hamaguchi ha conseguido una obra redonda, una historia que esconde mucho más de lo que muestra, con unos personajes difíciles de olvidar, como la conductora del coche, cuyo rostro impasible esconde mucho misterio. Cos escenas mágicas como el dialogo de Tio Vania al final de la obra, con la actriz sordomuda, que desprende fascinación a raudales. Una obra maestra, sin dudarlo. INPERDIBLE.
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