Por Anton
Última película de Scorsese que a través de una historia ambientada en el siglo XVII, basada en una conocida novela de Shûsaku Endô, acerca de los misioneros perdidos, frailes que siguieron en Japón tras haber apostatado. Con esta historia Scorsese hace una especie de confesión acerca de sus propias dudas y vacilaciones religiosas. Una película profunda, intensa y también dolorosa en la que seguimos a dos jesuitas que se adentran en Japón, país que prohibía expresamente la religión católica, en busca de su antiguo mentor, jesuita también él, del que no se tienen noticias. Es un viaje físico que a la vez se convierte en un viaje hacia el interior de uno mismo, con todo lo que supone ello para unos jesuitas del siglo XVII. Un enfrentarse a las rígidas exigencias de la orden y de la religión, contrapuestas por otro lado a la religiosidad de las comunidades católicas japonesas, perseguidas y sometidas a todo tipo de torturas por las autoridades niponas. El film es esplendido, aunque para algunos resulta lenta, no para mi, desde luego. Da la impresión que es uno de los trabajos más personales de Scorsese donde, como ya he dicho, plasma sus propias incertidumbres. INPERDIBLE.
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