Por Anton
Ganadora del Oso de Oro en el último Festival de Berlín, así como premiada en otros festivales. Es una película mitad documental, mitad ficción filmada en la famosa isla de Lampedusa, donde en los últimos años han recalado más de 400.000 refugiados, y donde hoy en día siguen llegando en oleadas, sin contar los que mueren en el camino, miles de ellos ahogados en aguas del Mediterraneo. Las cifras son espeluznantes. Y la vida sigue de espaldas al problema, no solo en el resto de Europa, sino en la propia Lampedusa. El film pone el foco en la vida cotidiana de varios personajes, especialmente Samuele, un niño de unos doce años que, como es normal se dedica básicamente a jugar. Vemos como la gente cocina, come, juega o trabaja, sin enterarse lo que está ocurriendo a escasos metros. A veces el film de Rosi, hace recordar al cine de Pasolini, sin sexo eso si. Pero personalmente tengo que confesar, que no he entrado en la película. Sonará feo, pero el film me ha dejado tan alejado del tema, a pesar del espeluznante plano final de los cadáveres en la bodega de la barcaza, como parece que deja a los habitantes de Lampedusa. Esto suena fatal, pero es así como he salido del cine. El film me ha dejado frío como un tempano.
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