Ayer se estrenó la Serie británica Downton Abbey. Y todas las alabanzas que la precedían eran merecidas.
Una serie exquisita por su puesta en escena, pero sobre todo por el guión de Julian Fellowes, que es de los de quedarte atrapado frente a la pantalla.
El argumento: 1912. Inglaterra. Los Crawley ven peligrar su patrimonio a raíz de la muerte de un heredero en el desastre del Titanic. Preocupados también por los inminentes cambios, el servicio de los Crawley teje su propio mundo de conspiraciones.
Precisamente, el hundimiento del Titanic es el acontecimiento con el que arranca el primer episodio: un magnífico plano secuencia que nos presenta, sin apenas diálogos, a todos los personajes relevantes de la serie y sus jerarquías.
Una serie muy cinematográfica, llena de miradas cargadas de significado, que se introduce minuciosamente en un mundo elegante y decadente a punto de extinguirse, y que te deja simplemente fascinado. En sólo 60 minutos, descubres a los 18 complejos y maravillosos personajes de la serie, con sus ambiciones, sus vulnerabilidades, sus estrategias, sus secretos y sus silencios.
La serie más cara de la TV británica, y la de mayor audiencia desde Retorno a Brideshead, ha arrasado en Gran Bretaña (11 millones vieron el último episodio), en USA (6 millones) y Antena 3 ya ha comprado la segunda temporada ante el éxito de share de su estreno de ayer.
Mira, por fin algo más que decente para ver en TV. IN PERDIBLE.
J
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