Por Anton
Alcarrás arraso en Berlin, llevandose nada menos que el Oso de Oro a la mejor película, ahí es nada. Así como el Verano 1993 era una historia autobiográfica vista, casi a través, de la mirada infantil. Ahora en Alcarrás asistimos al final de un tipo de vida, la agricultura familiar dedicada a los frutales, en la que los niños también tienen su importancia. Comparar el cine de Simon con Erice o con Ermanno Olmi etc. no le hace ningún favor a la cineasta catalana, creo yo. Sinceramente creo que Simon apunta maneras, pero aun es una directora que está empezando. Alcarrás es una película bonita, bien realizada pero que no me emocionó. Y creo que es lo que busca. Punto a favor suyo es la tremenda pericia con que Carla Simón, elige a sus actores, todos no-actores, que cumplen con creces. Destacaría a Anna Otin, esplendida como la matrona de la familia.
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