Por Anton
Premiada en Toronto y multipremiada en Sitges, sorprende por su factura e impecable realización. Galder Gaztelu-Urrutia ha sorprendido con su primer largo, y no me extraña, pues es una película , que por su tema, puede molestar bastante. Atractiva también visualmente, aunque también repulsiva, no se casa con nadie. Da la impresión de que Gaztelu-Urrutia ha gozado de plena libertad y ha contado lo que marcaba el guion, sin paños calientes. A futuros espectadores, es mucho mejor que no te destripen la película. Las discusiones después de haberla visto, pues creo que da pie a mucho debate. Habrá gente que saldrá horrorizada de la sala, otros salimos gratamente sorprendidos, y a otros les habrá encantado. Soy de los que creen que Gaztelu-Urrutia es de los cineastas a los que no hay que perder de vista.
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