Dir: Robin Campillo | Int: Nahuel Pérez Biscayart,
Adèle Haenel,
Yves Heck,
Arnaud Valois,
Emmanuel Ménard,
Antoine Reinartz,
François Rabette | Francia 2017 | 143 min. | ****
Puede contener spoilers
Por Juan
Robin Campillo es especialista en películas y series corales, como guionista (La clase y Foxfire, 2008 y 2012, de Laurent Cantet), y como director (The Revenants, 2004). En sus historias siempre hay un componente de rebelión o de revolución; y, por eso, el desafío es grupal, de una pandilla, colectivo o comunidad. La puesta en escena está al servicio de la credibilidad de estas reuniones, donde muchos personajes interactúan entre sí, en modo asambleario, participando, peleando y robándose la palabra. Pero Campillo domina también el mundo interior de sus protagonistas. Muestra al espectador su intimidad, y casi de una manera obscena, su indefensión, a través de sus confesiones y sus miradas.
El grupo de jóvenes seropositivos y enfermos de SIDA que lucha por su vida en la Francia de principios de los 90, lo hace desde el terror a la muerte, y desde la impotencia de ver cómo sus amigos van cayendo mientras las farmacéuticas, el Estado y la sociedad los ignora. Furiosos y desesperados, sólo les queda unirse en su urgente lucha creando Act Up Paris, un grupo de activistas que acaba conviertiéndose en su verdadera familia. Pero, con menos de 25 años, tal vez todo esto no sea suficiente para enfrentarse a una sentencia de muerte (en aquella época moría una persona de SIDA cada 8 minutos).
120 pulsaciones por minuto no sólo habla de la marginación del colectivo más golpeado por el SIDA (3 H y más): homosexuales, hemofílicos, heroinómanos, extranjeros, presos, etc.; sino de temas universales como el valor, la muerte y la eutanasia (la secuencia de la muerte y el velatorio es tremendamente impactante por su crudeza), el sexo en libertad, o las trampas y las maravillas del amor. Y por encima de todo eso, esta peli nos cuenta sin edulcorante la lucha por la supervivencia en un mundo que ha dado la espalda a los diferentes y a los desprotegidos. Un tema que por desgracia no ha mejorado, al ver la frágil salud de los Derechos Humanos.
Los ataques con sangre falsa o los entierros políticos fueron algunas de las acciones más potentes de Act Up Paris. Pueden ser discutibles, pero resuenan hoy. Esta asociacion sigue en activo. INPERDIBLE.
Crítica de la película 120 PULSACIONES POR MINUTO, la dura lucha contra el sistema, exenta de melodrama y llena de verdad... ****
ene 24, 2018
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