Dir: Xavier Lergrand | Int: Denis Ménochet, Léa Drucker, Thomas Gioria, Mathilde Auneveux, Saadia Bentaïeb, Sophie Pincemaille, Emilie Incerti-Formentini | Francia 2017 | *****
Por Juan
Apuntad esta película. Se estrenará el 7 de febrero de 2018, pero no os la perdáis. En este 65º Zinemaldia se ha llevado el Premio del Público a la Mejor Película Europea. La vi en el último pase, en las Perlas de esta edición, en la sala más pequeña del Príncipe. Pero la película es grande.
Xavier Lergrand sólo tiene un corto en su haber, eso sí, premiadísimo. Este es su primer largometraje, del que también es guionista. Lergrand se acerca a los detalles, a las miradas, a las emociones, con una cámara que es como un bisturí... te lo enseña y te lo deja ahí, sangrando. En cada escena, desde el arranque ante la jueza hasta el final, hay una tensión palpable que te mantiene en un estado de inquietud, porque no sabes por dónde puede estallar la cosa. El director francés te coloca en el mismo lugar que la madre y que el hijo. Pero también que el padre, porque no quiere que dejes de entender a ningún personaje, a pesar de que estén en una fase oscura y manipuladora. De hecho, el padre es también un niño doliente que no quiere perder a su familia, aunque su manera de intentar ser amado no sea muy ecológica (no haremos spoilers). Lergrand revela en una entrevista que incluso acudió a terapias de grupos de hombres con el mismo perfil que el padre interpretado por Denis Ménochet, para ahondar en su psicología.
El director también explica que para escribir su guión se inspiró en tres films míticos (y luego los dejó a un lado cuando empezó el rodaje): Kramer contra Kramer (Robert Benton, 1979), La noche del cazador (Charles Laughton y Terry Sanders, 1945) y El resplandor (Stanley Kubrick, 1980). De Kramer contra Kramer le interesó el dolor parental al separarse del hijo, de La noche del cazador le inspiró la manipulación de los niños para conseguir un objetivo, y de El resplandor, la locura, el aislamiento y el terror para la secuencia final.
El trío de intérpretes es espléndido. Los tres transmiten, desde sus perspectivas, la tremenda angustia de su situación. El actor Denis Ménochet juega un papel soberbio y ambigüo; como padre amantísimo que lucha por estar cerca de su hijo, y también como hombre controlador y agresivo, con una fuerza bruta capaz de derribar un muro con sus manos. Julien, el niño interpretado por Thomas Gioria, también está impresionante. La mayor tensión de la historia la soporta este personaje, cuya custodia está en juego. Julien es como una peonza, va de una casa a otra, nadie le escucha, sólo intenta cumplir las implícitas instrucciones que le ha dado su madre cuando va a casa de su padre, y es interrogado insistentemente por él. Es la primera vez que Thomas Gioria actúa ante una cámara, lo cual tiene áun más mérito, un niño que habla con la mirada y que transmite una gran espontaneidad. Es uno de las interpretaciones que más me ha impresionado en este Zinemaldi.
Por último está Lea Drucker que consigue una madre como Lergrand quería: frágil y muy fuerte al mismo tiempo, que, durante toda la película, se mantiene firme y a punto de romperse. Está magnífica.
La secuencia final de la película no se te borrará fácilmente. Hubo gente en la sala que no pudo más e increpó a un personaje, como cuando le insultas a la tele, pues eso.
Xavier Lergrand apunta maneras de gran realizador con esta ópera prima que, además, desmenuza un tema tan actual y tan delicado como la violencia doméstica y de género, dejando al descubierto las grietas de la sociedad y su incapacidad para proteger, amparar, rehabilitar a sus miembros. Para poner en todos lo institutos. INPERDIBLE total.
Chico Luciérnaga.
ResponderEliminarsolo una pregunta ¿el final te deja mal cuerpo?...es que me frena un poco que me deje por los suelos,al menos,para elegir bien el momento,es decir, que me pille fuerte;) gracias de antemano
un saludo
Troyana, no sé si ya habrás visto la película...
EliminarPerdona por la tardanza de la contestación, pero ha sido un fin de año muy loco...
Yo sí la vería, porque no te deja tan mal cuerpo... y el final es esperanzador...
Un saludo y feliz año!!