Por Juan
Las secuelas de la saga Alien son como las mutaciones del bicho. Todas se parecen al Alien original, pero cada una tiene rasgos aterradores singulares. Alien Covenant es la sexta de la saga, es también la continuación de Prometheus y es la tercera de la lista en la que Ridley Scott dirige la nave. Y, después de la primera Alien el Octavo Pasajero, ésta es probablemente una de las más interesantes.
Alien Covenant supera, en la medida de lo posible, el lío argumental de su predecesora Prometheus, se centra en la acción y estira un único hilo dramático partiendo de una trama comprensible: la nave Covenant viaja hasta Origae-6 para fundar una colonia, pero desvía el rumbo a un planeta desconocido, que parece una alternativa fiable de terraformación. Desde el principio es evidente que va a ser una decisión fatal, porque los tripulantes de la Covenant van directamente a la boca del alien.
Michael Fassbender, que hace un doble papel de los sintéticos Walter y David, representantes sui géneris del bien y del mal, acapara la máxima atención. El actor alemán crea una especie de Dr. Moreau (La isla del Dr. Moreau, H.G. Wells, 1896), un clásico de la ciencia ficción actualizado, o el robot que juega a ser Dios.
La llegada al planeta desconocido es una de las secuencias más potentes y tensas de todo el film, con un ataque a campo abierto que propaga el pánico entre los tripulantes. En la segunda parte, la acción se ralentiza, descubrimos la guarida de David, el oscuro anfitrión, quien estrecha la trampa. La escena final del duelo entre la capitana y el alien se parece a Alien el regreso, pero los efectos especiales y sobre todo la interpretación de Katherine Waterston le dan otro empaque.
Una película muy bien acabada, sin resquicios, que honra el género del terror Sci-Fi (la más terrorífica). Os recomiendo ver o revisar antes Prometheus; o casi que no, porque igual os liais aún más... Es lo que tienen las secuelas de las precuelas de una saga que ya tiene 6 episodios. Y este sería, cronológicamente, el segundo. ¡Feliz terror!
Alien Covenant supera, en la medida de lo posible, el lío argumental de su predecesora Prometheus, se centra en la acción y estira un único hilo dramático partiendo de una trama comprensible: la nave Covenant viaja hasta Origae-6 para fundar una colonia, pero desvía el rumbo a un planeta desconocido, que parece una alternativa fiable de terraformación. Desde el principio es evidente que va a ser una decisión fatal, porque los tripulantes de la Covenant van directamente a la boca del alien.
Michael Fassbender, que hace un doble papel de los sintéticos Walter y David, representantes sui géneris del bien y del mal, acapara la máxima atención. El actor alemán crea una especie de Dr. Moreau (La isla del Dr. Moreau, H.G. Wells, 1896), un clásico de la ciencia ficción actualizado, o el robot que juega a ser Dios.
La llegada al planeta desconocido es una de las secuencias más potentes y tensas de todo el film, con un ataque a campo abierto que propaga el pánico entre los tripulantes. En la segunda parte, la acción se ralentiza, descubrimos la guarida de David, el oscuro anfitrión, quien estrecha la trampa. La escena final del duelo entre la capitana y el alien se parece a Alien el regreso, pero los efectos especiales y sobre todo la interpretación de Katherine Waterston le dan otro empaque.
Una película muy bien acabada, sin resquicios, que honra el género del terror Sci-Fi (la más terrorífica). Os recomiendo ver o revisar antes Prometheus; o casi que no, porque igual os liais aún más... Es lo que tienen las secuelas de las precuelas de una saga que ya tiene 6 episodios. Y este sería, cronológicamente, el segundo. ¡Feliz terror!
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