Por Anton
Ganadora de Globos de Oro y candidata a varios Oscar, ya se ha estrenado la esperada última obra de González Iñárritu, basada en las reales andanzas de Hugh Glass, trampero que existió en la primera mitad del siglo XIX y tomando como base la novela de Michael Punke. No hace falta decir que es una película en la que no se han escatimado medios, filmada en Argentina, Ushuaia, pero también en Canadá y Montana, y filmada con luz natural, con todo lo que conlleva. Iñarritu retrata la Naturaleza como un personaje más de la historia, como una bella catedral, pero cruel y violenta y llena de trampas mortales para los humanos. Película muy violenta, hasta con un punto gore y técnicamente prodigiosa, el primer ataque de los indios Arikara es impresionante, así como el ataque del oso grizzly a Glass. Prácticamente toda la película está filmada en exteriores, lo que convirtió el rodaje en un infierno. Tiene una banda sonora esplendida, uno de los músicos es Ryuichi Sakamoto, música de esa que casi no se nota. Como veis una obra perfecta. Bueno, pues no, siempre hay algo que no funciona. Para mi el film es demasiado solemne y el resultado final termina por ser muy pretencioso. Pero no temáis, se llevará unos cuantos Oscars. De todas maneras, sigue siendo una buena película.
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