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Decepcionante resolución de El Hobbit, en donde las grandes batallas se comen lo que queda de novela. Ya lo hemos dicho otras veces, desguacar una historia en partes tiene riesgos. Pero parece que compensan a la Metro y a Jackson, porque repiten el mismo esquema de la tercera parte de El Señor de los Anillos, punto por punto. Las batallas épicas, el Rey poseído, y hasta la despedida del hobbit de sus amigos los enanos, pero esta vez le queda forzado y sin chicha. La única escena donde los personajes emocionan es la última entre Bilbo y Thorin, gracias a la destacada interpretación de Martin Freeman.
La saga había mejorado en la segunda parte de El Hobbit, pero ha acabado en chufa, la verdad. Aunque los fans no podíamos perdérnosla. Y los productores lo saben, y les da igual. Meten legiones de orcos, elfos y enanos y ya la tienes montada.
J.
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