Int: Leonardo DiCaprio, Tobie Maguire, Carey Mulligan, Joel Edgerton, Isla Fisher, Elizabeth Debicki, Amitabh Bachchan, Jason Clarke
Australia 2013 / 143 min
Denostada por una gran parte de la crítica, he aquí la última película del amado y odiado Baz Luhrmann.
Como ocurre con Moulin Rouge, ésta es una cinta orgánica 100%, un espectáculo estallando en todas direcciones. O se te mete por los poros y te seduce, o te quedas fuera del teatro, y todo te parece un sinsentido. A mí, afortunadamente, me ocurrió lo primero.
Pero vayamos a la historia, que prende desde el minuto uno, cuando Nick Carraway cuenta, desde un centro de reposo, su llegada a Nueva York y su encuentro con Gatsby. Tobey Maguire está espléndido en la figura del narrador, porque traslada al espectador la fascinación que siente por su misterioso vecino. Una fascinación que alcanza su máxima expresión en escenas como la de la macro-fiesta en la que Carraway y Gatsby se conocen. Una agitación de color, baile y vestuario (de Prada y Miu Miu), con música tecno-dance, y una cámara enloquecida que transmite el desenfreno de aquellos fiestones.
En ese estado de trance, la alta sociedad americana de los años 20 se divertía de juerga en juerga sin otra preocupación que saber dónde será la siguiente: fiestas improvisadas en hoteles, en picaderos o en apartamentos privados. La secuencia del guateque de Tom Buchanan es total. Es la entrada de Nick Carraway al jolgorio, y también la presentación de Tom como marido calavera y antagonista de altura (Joel Edgerton está pletórico).
Gatsby, interpretado por un DiCaprio nada seductor, representa también el anhelo del sueño americano y el precio de su consecución. No importa la cultura ni la ética ni la ley... Si quieres salir del arroyo, sólo la riqueza te da la fama, y sólo la fama te da acceso a la chica y a la fiesta. Unos presupuestos muy modernos.
En mi opinión, Luhrmann ha realizado una adaptación genial de la novela de F. Scott Fitzgerald, y en absoluto pervierte los valores de la obra. En todo caso, utiliza otros códigos y otro lenguaje, haciéndola suya.
No gustará ni a los muy fans, ni a los detractores de Moulin Rouge. Pero si eres "fascinable", ésta es tu película. INPERDIBLE.
J
Como siempre hace Lurhmann, su cine está dominado por la forma y sobre todo por la estética, esa que tanto le gusta. De manera que se erigen en lo principal del film. Convirtiendose este en un simple ejercicio de autocomplacencia. Leed la novela. No perdáis el tiempo con la película.
ResponderEliminarEl otro 50% de Inperdibles