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por Juan
En un tiempo indefinido, pero que parecen los 80, se inventa una máquina capaz de detectar las posibilidades reales de enamoramiento de una pareja.
Este original argumento, que recuerda a los de la serie Black Mirror (solo que en su versión retro), es el punto de partida para una comedia romántica pero inusual, que, en su primer tramo, es divertida, sorprendente y prometedora. Las parejas viven condicionadas por los resultados del test, y las que no se lo hacen, empiezan a albergar dudas sobre el futuro de su relación.
Con escenas de carcajada, otras un poco gore (no desvelaremos cómo se hacen los test entre dos miembros de una pareja); y un reparto con actores americanos del momento; está especialmente bien Jessie Buckley.
Podría haberse convertido en una cuestión que separase a la sociedad entre los que están a favor del test y los que no creen en él (y ahí ya habría sido un Black Mirror). Pero el film se inclina demasiado pronto por un relato más intimista y convencional, sobre el flechazo amoroso. Aún así, su director, el griego Christos Nikou, sabe utilizar las supuestas convenciones de la pareja y del amor, para cuestionarlas.
Que esté en la Sección Oficial es un síntoma de buena salud del Zinemaldia. Se estrena en APPLE TV.
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