Por Anton
Maudie Lewis fue una pobre mujer, baqueteada por la vida y por todos los que le rodearon, pero poseedora de una gran fuerza de voluntad y con una tenacidad que no se arrugaba ante nada ni nadie. Eso que era discapacitada y con una artrosis que fue deformando sus manos. Casada con un pescador, huraño y antipático, que además la maltrataba, fue descubriendo que le gustaba pintar. Una pintura naive e inocente, en que solo plasmaba la naturaleza, los únicos humanos que pintó fueron ella misma y su marido. Llegó a hacerse famosa, la Casa Blanca compró algún cuadro suyo.
El film, está dirigido por la irlandesa Aisling Walsh, me da la impresión que la historia está bastante suavizada. Pero tiene una gran baza en sus interpretes, Sally Hawkins y Ethan Hawke, ambos excelentes, aunque es la Hawkins la que brilla más, posiblemente esté, por este papel, entre las próximas candidatas al Oscar. La película es bonita de ver, quizás demasiado, pero con los materiales que manejaba, podía haber sido algo, de más potencia y poderío.
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