Por Anton
El Juez es una película apacible, a primera vista. de esas que se dejan ver, sin levantar grandes entusiasmos. Pero si nos la tomamos con calma vemos que la película es bastante más de lo que a simple vista parece. ¿Es la historia de un juez maniático y extraño? o ¿Es un film de juicios? o ¿Es una historia de amor de la que jamás se habla? Bueno pues es todo esto, pero el grandísimo mérito del film es que pasa de un juicio a un parricida, a un flirteo, un flirteo muy soterrado, en un reservado de un restaurante, sin que nada chirríe y sea lo más natural. Christian Vincent dirige todo el film sobre el filo de una navaja, y no pierde pie en ningún momento. Las escenas del juicio me han parecido geniales por lo distantes que resultan, la justicia debe ser ciega e imparcial, y lo bien resueltas que están. Luego está Fabrice Luchini que se llevó el Premio al mejor actor en Venecia por este juez tan pusilánime y buena persona, al mismo tiempo. Una esplendida Sidse Babett Knudsen, que se dio a conocer con la conocida serie danesa de tv, Borgen, es el contrapunto que no desmerece ante el gran Luchini. Seguro que habrá quien discrepe sobre mi opinión de El Juez. Aun así creo que es una película bastante más profunda de lo que parece a simple vista. INPERDIBLE.
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