Crítica de la película GUILLAUME Y LOS CHICOS A LA MESA

Dir: Guillaume Gallienne
Int: Guillaume Gallienne, Françoise Fabian, Yves Jacques, André Marcon, Diane Kruger, Nanou Garcia

Francia 2013 / 85 min.

****

Encantadora comedia autobiográfica del actor Guillaume Gallienne, director y protagonista del film, que repasa su confusa vida sexual. Y digo "confusa" porque Guillaume está tan perdido que no sabe si es gay, hetero o del género neutro.

El formato del film también es algo confuso. Es un relato dentro de una pieza teatral, con un resultado tragicómico que funciona (casi siempre). La madre, por ejemplo, (interpretada también por Guillaume Gallienne), es el alter-ego del personaje. Es su modelo a imitar. Y también su conciencia (extradiegética), que irrumpe teatralmente en las escenas clave de Guillaume, generalmente para "rematarle" con un comentario mordaz.

A pesar de, o gracias a, esta personal manera de contar, la película va ganando interés y fuerza. Sus personajes son deliciosamente obstinados, tontos y cotidianos, pero siempre humanos.

Con este mismo argumento se podría haber hecho una comedia casposa que nos habría tumbado de espaldas. Y sin embargo, aquí es lo contrario. Hasta la escena más escatológica del film, con Diane Kruger haciendo de esthéticienne (en la foto), está hecha con muchísima gracia (a mí se me saltaban las lágrimas de la risa).

No es nada raro que la peli haya conquistado a la crítica y al público galo (5 César y 2 Premios en Cannes). Aunque no todo en ella son bondades. El guión, quizá demasiado pegado a la biografía, presenta ciertas incoherencias narrativas y no nos prepara para la revelación final, que, honestamente, cuesta un poco digerir. A veces la realidad supera a la ficción, desde luego. Pero es una pena que esta parte de la historia no la haya trasladado a la pantalla con la misma fuerza que sin duda tuvo en su vida real. 

Como ejemplo de historias sobre personajes con una ambigüedad sexual de super-nivel, me vienen a la cabeza dos rara avis maravillosas: la británica Orlando, protagonizada por Tilda Swinton (Sally Potter, 1992), y la obra maestra del cine canadiense de la que daremos cuenta pronto, Laurence Anyways (Xavier Dolan-Tadros, 2012).

J.