Crítica de la película ANNA KARENINA

Dir: Joe Wright
Int: Keira Knightley, Aaron Johnson, Jude Law, Domhnall Gleeson

Se abre el telón y un teatro se va transformando en los diferentes sets de la película: unas oficinas, las calles de San Petesburgo, la estación, el salón de baile, el propio teatro...
Joe Wright se ha atrevido a hacer algo diferente y original. Y además, lo ha hecho bastante bien, su montaje al principio provoca mucho desconcierto y hasta desagrado, pero luego empieza a funcionar.
Personalmente, creo que se aleja muchísimo del tono de la obra de Tolstoi, aunque conserva el espíritu y es muy fiel a la historia. El deseo enfermizo de Anna y su desafío a la sociedad puritana de la época, late y cobra fuerza a lo largo de del film,  con un reparto estupendo que sabe extraer el jugo a los complejos personajes del autor. Me ha gustado hasta Aaron Johnson, retratando a un Conde Bronsky tan seductor como petimetre. Aunque las interpretaciones de Jude Law y Keira Knightley tienen mucho más calado.
La metáfora de utilizar un teatro como escenario de la vida en sociedad de la época es muy acertada: todo era una gran farsa de relaciones encorsetadas; por eso daban tanto de sí las infindelidades y las consiguientes maledicencias.
Así y con todo, la ampulosidad y al artificio a veces le quita más de lo que le da, llevando el film al teatro burlesque (y en esos momentos da hasta un poco de vergüenza ajena). En cualquier momento, parece que Keira Knightley se va a arrancar a cantar en plan Moulin Rouge. Pero no. Aunque igual habría tenido su punto.
Ahora necesitamos una adaptación de Anna Karenina con toda la tristeza y espesor de la obra de Tolstoi. La podría hacer Michael Haneke, por ejemplo. ¿Os imagináis una Anna Karenina de Haneke? Sería brutal. Otro que lo haría muy bien, y no nos cortaríamos las venas como con Haneke, es Ang Lee. O Woody Allen en la versión parodia... ¿quién da más?
J