Inter.: Sean Penn, Fraces McDormand, Judd Hirsch.
Paolo Sorrentino me dejó bastante impresionado con su anterior y
para mi excelente película “Il Divo”, acerca del político
italiano Andreotti. La verdad es que tenía bastantes ganas de ver
que hacía después. Pasó por Cannes el año pasado con éste film,
sin llevarse ningún premio de los gordos, se llevó un premio de
alguna oficina católica.
Cheyenne es un ex-cantante, famoso en su tiempo, que lleva una vida
bastante aburrida en Irlanda. Casado con una bombero y viviendo de la
fortuna que amasó en el pasado. Hace más de veinte años que no
canta. Un buen día le llama un primo desde Nueva York diciendo que
su padre está en las últimas y pidiéndole que vuelva a casa...
Es una película de una factura impagable. Estéticamente, todo en el
film está en su lugar, nada sobra, ni falta. Además está Sean Penn
que hace una auténtica creación del personaje de Cheyenne, un ser
pusilánime, pasado de rosca y con una sombrío sentido del humor. Un
rol que si no eres un actor extraordinario, sería muy fácil caer en
el mayor de los ridículos. Penn lo borda. De todas maneras
Sorrentino no llega a alcanzar el nivel de su anterior film. Toda la
parte de la caza del nazi, para mi, sobra. Pero no nos engañemos,
así y todo es un film con una cadencia, una banda sonora y una
dirección que la hace inolvidable.
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