Crítica de la película VOCES DISTANTES

Título Original: Distant Voices, Still Lives | Dir: Terence Davies | Int: Freda Dowie, Pete Postlethwaite | Reino Unido-Alemania Occidental 1988 | 85 min | ****

En el ciclo del Festival dedicado a Terence Davis, veremos joyas como ésta, donde Davies recorre el álbum de una familia irlandesa en el Liverpool de los años 40.
Los holas y adioses, y los recuerdos, buenos y terribles, de esta familia, se convierten, en manos de Davies, en estampas que parecen recuerdos robados de nuestra propia vida, de una memoria colectiva aprisionada por el catolicismo y la miseria.

En una época convulsionada por la guerra, las mujeres celebran con alegres canciones sus encuentros de felicidad, entre golpes y llantos, penas y muertes; mientras sus maridos se esconden para llorar, o se preparan para volver a vapulearlas.

La escena en que la cámara asciende desde una masa de paraguas hasta los primeros carteles de cine, es como un aliento de ilusión en un mundo al borde de la desesperanza. INPERDIBLE.

J.