****
Por Juan
Ganó hace una semana el Bafta en a la mejor interpretación femenina, que se suma al Globo de Oro. Y es más que probable que mañana Renée Zellweger gane también el Oscar por su interpretación de Judy Garland.
Zellweger se mete tanto en la piel de la Garland que apenas se ve a Zellweger. Aunque muchos críticos no piensan así.
Ella consigue captar muchos de los tics, gestos e incluso matices de la voz metálica y del vibrato de Judy Garland. Y claro, ni es ella, ni canta como ella, pero no lo pretende, lo hace desde su estilo interpretativo. Tal vez esos críticos quieran defender el halo de la diva, su carisma... Pero Renée Zellweger tiene que enfrentarse al reto de mostrar, al mismo tiempo, la grandeza de la artista y su vulgaridad e incoherencia. Esa mezcla de fragilidad y fortaleza que caracterizó a una mujer única con una vida única.
La película está basada precisamente en la novela En el final del arcoiris, de Peter Quilter y nos cuenta la última gira de la artista en el Londres de 1969, donde actuó cinco semanas consecutivas en el famoso club Talk of the Town, solo unos meses antes de su muerte.
Los últimos años en la carrera de Judy Garland no fueron más fáciles que el resto de su vida. A los 46 años su carrera se había ido a pique, en EEUU nadie quería contratarla después de sus caóticas actuaciones, el público le había dado la espalda, y no tenía dinero, incapaz de sostener a su familia, enganchada a los fármacos desde su infancia, vulnerable una y otra vez en sus relaciones con los hombres, arrastrando 4 divorcios... En fin, Londres era la última solución. Allí aún amaban a Judy.
El film cuenta este episodio final haciendo referencia a los inicios de su carrera... Con varios flashback retrocedemos al rodaje de El mago de Oz (Victor Fleming, 1939). En esos escenarios llenos de luz y color, vemos el lado oscuro de Hollywood y del star system creado por magnates del cine como Louis B Mayer. A Hollywood no le habrá hecho ninguna gracia ver cómo su fábrica de sueños fue también una fábrica de talentos esclavizados, y su camino de baldosas amarillas, un escenario de explotación y maltrato, mucho peor que el mundo en blanco y negro del que quiere escapar Dorothy. En esta película británica "independiente", el villano de la historia es el desalmado Louis B. Mayer. A su lado, la cruel Bruja del Oeste parece un hada madrina. Dorothy tal vez pudo soñar con un lugar más allá del arco iris, pero Judy Garland solo fue un instrumento al servicio de Mayer, que usó todo tipo de estrategias para apretarle las clavijas sin compasión, para que estuviera siempre afinada, despierta y preparada para brillar. INPERDIBLE.
Comentarios
Publicar un comentario
Déjanos aquí tu opinión, tu sugerencia, tu discrepancia... o simplemente, un saludo... No te cortes.