El Kutxa Kultur Festibala 2015 se lo jugó casi todo a 2 cartas: Vetusta Morla (el viernes) y Yo La Tengo (el sábado). Las actuaciones de Mogwai y Mishima (el domingo), en un concierto de pre-apertura de Tabakalera, aunque estaban dentro del mismo sistema organizativo, sucedían en otro escenario, con una entrada y precio aparte.
Hablemos un poco del festival. El Kutxa Kultur Festibala tiene el encanto de un entorno único con un parque de atracciones vintage. Esto le viene dado de fábrica por el parque, el Monte Igeldo y la ciudad. Y su público está a tono con este precioso set. Podríamos segmentarlos malignamente en dos grandes tipologías: indie sofis (-ticados), una tribu evolucionada de los hispters (los que vamos a ver conciertos); y soft-posh; menos conectados con la música, pero muy conectados con el postureo donosti-sense, que, a la pregunta de "¿Qué habéis venido a ver?", responden: "Hemos venido a dar una vuelta." Ante todo esto, ninguna pega. Maravilloso todo. Excepto los precios abusivos de las consumiciones (que no tenían nada de soft).
Dejando a un lado el eco de sociedad, como lo que nos importa es la música, hablaremos de los conciertos, que hay que decir que tuvieron un sonido más que aceptable. Nota alta a la parte técnica. Ésta huella sonora nos dejaron algunos de ellos:
ANNI B. SWEET
La Sandie Shaw malagueña tiene estilazo cantando, tocando la guitarra y vistiendo. Y encima ha publicado un discazo de pop-folk con aire brit-sixties (y nada indie, ¡se agradece!) que habla mucho del buen gusto y el talento de esta artista de 27 años ('Changing Illusions' Subterfuge 2015). En el escenario principal del Kutxa Kultur Festibala le acompañaba una banda eficaz que hizo que lucieran sus canciones. Buenísimos tocando, especialmente el batería. Eso sí, alguno de ellos tenía un look tan retro que parecía un fugado del PP (ya lo siento, pero lo comentaba todo dios). Cuando Anni se desenfundaba la guitarra, le faltaba brío o un par de chupitos. O quizá, una audiencia más entusiasta, que ya sabemos cómo nos las gastamos el público donostiarra (excusa: es que eran las 8 de la tarde...) A pesar de todo, su concierto fue una grata sorpresa y la mejor manera de comenzar el festival.

ANGEL OLSEN

Vozarrón y canciones de folk cenagosas, así se las gastaba la de Misuri. Quizá demasiado densa para programarla a una hora en que la gente ya estaba pidiendo un poco más de chicha al escenario principal. Sea como fuere, Angel gustó, pero no cautivó. Y miles de personas agradecieron la llegada de Mendetz y de su tecno reciclado.
MENDETZ
Con un repertorio desactualizado, pero con programaciones y versiones electro-divertidas, los catalanes insuflaron un poco de vida al festival, que estaba a punto de entrar en parada cardíaca. Se ha echado mucho de menos algo más de electropop y de fiesta en esta edición (recordemos a grupazos de otros Kutxa Kultur como Delorean, Reptile Youth, Crystal Fighters, Junip, The Whip...).
HOUSE OF WOLVES
Entre Angel Olsen y Mendetz, unos pocos (150 personas) conseguimos entrar, después de hacer cola, al exclusivo 2º pase de House Of Wolves en el Teatro Abandonado, donde disfrutamos de la especialísima propuesta de Rey Villalobos y sus canciones misteriosas. Le acompañó el batería Dimitri Dedonder, que aportó intensidad y matices a la interpretación de Rey, imposible de transcribir en palabras. Al terminar nos firmó su segundo álbum ('Daugther Of The Sea', con portada pintada a mano). Os dejamos este vídeo pirata que grabamos del tema "Honeybee")
VETUSTA MORLA

Como haciendo honor a su nombre, su actuación fue un tanto vetusta (viejuna). Están tan girados y tienen tanto callo en el escenario que a mí, que no soy fan del grupo, me llegaron a aburrir un poco bastante. Algo de frescura habría sido de agradecer. Miles de voces corearon sus hits hasta estallarnos los tímpanos (aunque eran mejor esos que los que hablaban sin parar de sus trascendentales asuntos).
JOHN GRVY

El sábado, en un momento de descanso descubrimos a John Grvy en el Redbull bus. El músico madrileño apunta maneras con su pop sintetizado de inspiración hip-hopera. No somos superfans de este estilo, pero al menos le dio un poco de color al festi... Y la gente finalmente se vino arriba. Bien.
YO LA TENGO
El otro concierto destacable del sábado fue el de Yo La Tengo. A pesar de haber sido muy fan de sus discos durante años, no puedo dejar de aburrirme un poco en sus larguísimos acoples, tan noventeros y, lo peor, tan vetustos también.
No obstante, intercalaron en su setlist una tanda temas acústicos que rompieron el tono monocorde y noise. La evolución no está en el diccionario de los de Hoboken (una ciudad del tamaño de Irun). Un poco pena, porque no fue ni de lejos un concierto memorable.
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