Por Juan y Anton
Jose Mari Goenaga, codirector y coguionista de Loreak, 80 egunean, Lucio, etc. es el Presidente del Jurado del Premio Irizar, que se concede a la mejor producción vasca estrenada en el Zinemaldi. Dolores Meijomín y María Elorza son sus compañeras de jurado. Estuvimos charlando con él sobre este premio, sobre Loreak y sobre cine... En unas horas, Jose Mari entregará el galardón a una de estas 7 películas de producción vasca: Amama (Sección Oficial) Pikadero (Nuevos Directores), Psiconatuas (Zabaltegi), Un Otoño sin Berlín, Jai Alai Blues, Gure sor lekuaren bila y Walls (Zinemira).
Como Presidente del Jurado del Premio Irizar, tienes que hacer entrega del galardón esta noche en la gala de clausura del Festival ¿Cómo lo llevas?
Me pone un poco nervioso pensarlo, pero bueno… Ya estoy mentalizado (risas).
¿Qué opinas de la calidad general de los films que compiten por el Premio Irizar?
Hay cosas muy interesantes y el nivel es bueno, muy ecléctico y muy variado… Todas tienen su punto atrayente y vendible fuera de aquí.
¿Se hace poco cine en euskera?
No estoy de acuerdo en que se haga poco cine en euskera, teniendo en cuenta la dimensiones de Euskadi y la gente que consume cine y literatura euskaldun… Ya se hacen dos o tres el año y no está mal. Aspirar a hacer muchas más en estos momentos, no sé si se muy viable. Si se van a hacer más en detrimento de la calidad, mejor que sean pocas, pero con medios. Que las que se hagan, tengan un recorrido fuera de nuestra fronteras, eso es lo que estaría bien.
¿El cine en euskera tienes menos mercado?
En España sí, pero fuera no necesariamente. Algunos agentes de venta nos dicen que las películas españolas en Latinoamérica no lo tienen tampoco nada fácil, por un tema de acento.
Nosotros vemos que en Festivales una película en euskera no tienen ningún problema, es más, lo valoran. A la hora de venderla es otro tema. Por ejemplo, Loreak se ha vendido en algunos países como Israel, Serbia, Croacia, República Dominicada, y de momento no se ha vendido a un mercado europeo más potente, pero estamos en ello. Yo creo que el idioma no influye tanto, al menos en una película como Loreak.
¿Durante el Zinemaldi vas al cine como si no hubiera un mañana, es decir, eres un #Festivaler?
Jajaja! En esta edición he estado volcado en las películas del Premio Irizar, pero en otras ediciones sí que he llegado a ver 3, 4 ó 5, cuando fui jurado joven… 3 es una medida muy buena.
Eskerrik asko, Jose Mari. Ha sido un placer.
Lo mismo, suerte con el blog.
Como Presidente del Jurado del Premio Irizar, tienes que hacer entrega del galardón esta noche en la gala de clausura del Festival ¿Cómo lo llevas?
Me pone un poco nervioso pensarlo, pero bueno… Ya estoy mentalizado (risas).
¿Qué opinas de la calidad general de los films que compiten por el Premio Irizar?
Hay cosas muy interesantes y el nivel es bueno, muy ecléctico y muy variado… Todas tienen su punto atrayente y vendible fuera de aquí.
¿Se hace poco cine en euskera?
No estoy de acuerdo en que se haga poco cine en euskera, teniendo en cuenta la dimensiones de Euskadi y la gente que consume cine y literatura euskaldun… Ya se hacen dos o tres el año y no está mal. Aspirar a hacer muchas más en estos momentos, no sé si se muy viable. Si se van a hacer más en detrimento de la calidad, mejor que sean pocas, pero con medios. Que las que se hagan, tengan un recorrido fuera de nuestra fronteras, eso es lo que estaría bien.
¿El cine en euskera tienes menos mercado?
En España sí, pero fuera no necesariamente. Algunos agentes de venta nos dicen que las películas españolas en Latinoamérica no lo tienen tampoco nada fácil, por un tema de acento.
Nosotros vemos que en Festivales una película en euskera no tienen ningún problema, es más, lo valoran. A la hora de venderla es otro tema. Por ejemplo, Loreak se ha vendido en algunos países como Israel, Serbia, Croacia, República Dominicada, y de momento no se ha vendido a un mercado europeo más potente, pero estamos en ello. Yo creo que el idioma no influye tanto, al menos en una película como Loreak.
¿Durante el Zinemaldi vas al cine como si no hubiera un mañana, es decir, eres un #Festivaler?
Jajaja! En esta edición he estado volcado en las películas del Premio Irizar, pero en otras ediciones sí que he llegado a ver 3, 4 ó 5, cuando fui jurado joven… 3 es una medida muy buena.
Jose Mari Goneaga es Presidente del jurado del Premio Irizar y hará entrega del galardón esta noche en la gala de clausura del Zinemaldi
Alguna sección o género o temática que te interese especialmente…
Soy bastante segurola, así que Perlas es una sección que me gusta. Este año, Horizontes ha estado superpotente.
¿Profesionalmente, cómo ves el Festival? ¿Es una buena plataforma para lanzar películas y cineastas?
Para Loreak ha sido una pasada, sobre todo para el mercado español. Todo lo que ha venido ha sido a partir del Zinemaldi, en gran medida. Nos sirvió para conseguir distribuidora antes del estreno, con Contracorriente. Además, la película empezó a sonar en los medios estatales y se genera enseguida una inercia promocional que la mueve.
LOREAK tuvo muy buena acogida el año pasado en el Zinemaldia; ha estado seleccionada en las secciones oficiales de Londres, Tokyo, Zurich… Es la primera cinta en euskera que ha competido también por un Goya a la Mejor Película. Ahora está en la carrera de los Oscars 2016, junto a Magical Girl y Felices 140. ¿Por qué crees que Loreak ha gustado tanto?
El tema es bastante universal, puede entenderse en distintos países y culturas. Pero esto siempre es un misterio. Con otras películas que hemos hecho sí veo más o menos a quién le puede gustar y a quién no, como con 80 egunean, pero con Loreak me llevo siempre sorpresas, porque hay todo tipo de público que le gusta o que no le gusta…
Si el martes 29 de septiembre se diera a conocer que Loreak es la elegida por los miembros de la Academia para competir por el Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa, en representación de España… ¿Cómo te quedarías?
Nos rompería los esquemas (risas). Lo primero sería una alegría increíble, obviamente. Y luego nos quedaríamos como “¿ahora qué hay que hacer?, tenemos que ir allí a promocionar la peli o qué?”
No sabría decírtelo, y es un poco coñazo. Aunque es un mecanismo que funciona a la hora de promocionar las pelis, a todos nos gusta enterarnos de quién ha ganado, etc. Pero es verdad que se convierte en una feria de las vanidades, y no sólo de los cineastas, también de los programadores y distribuidores. Es muy mediático y a la vez es una pena, porque pierde la pureza de enfrentarte a una película sin condicionantes.
Por ejemplo, en Gure sor lekuaren bila, que es la búsqueda del primer documental en euskera, en el estreno en Hasparren ves a la gente comentando la película con una mirada pura. Ahora tenemos la mirada más contaminada. No digo que hayamos perdido es inocencia, pero los premios generan un discurso al que nos sumamos todos, sin cuestionarnos nada.
En tus largometrajes has trabajado siempre junto a otro realizador. ¿Por qué este formato dúo?
Viene del origen de la productora. Los 3 socios de Moriarti nos conocimos en Sarobe y nos juntamos para hacer cortos. Cada uno tenía su proyecto de corto y nos apoyábamos, nos íbamos turnando en funciones. Cuando empezamos con los documentales optamos más por el formato de co-dirección, para repartir responsabilidades y poder compaginar el proceso con otras funciones y dedicación… y fuimos creciendo con esa fórmula, salvo en los cortos que había un único director. Cuando empezamos con los largos de ficción, seguimos con la co-dirección. A veces es conflictivo y tienes momentos en que matarías a tu co-director, pero llevamos muchos años y sabemos cada uno qué lenguaje tiene. Y al final las cosas que salen son producto también de esa tensión que se genera entre distintos criterios, te das cuenta de que la autoría puede ser algo colectivo. Y de hecho hay dúos de directores eternos.
¿En qué estás trabajando en estos momentos? ¿Estás escribiendo? ¿Nos puedes contar algo?
Estoy coescribiendo un guión sobre el gigante de Alzo. A nivel de financiación va muy bien. Y a nivel de guión nos ha costado encontrar el rumbo, pero ahora ya está encarrilado. Tenemos un reto con la recreación del personaje del gigante… tenemos que hacer un gigante de 2 metros 40, me imagino que va a ser una solución mixta, en momentos tendremos que tirar de dobles, en otros de truca, de zancos, o de efectos digitales… Porque dudo que encontremos un gigante de esa altura que sea actor y que sepa euskera…
Estoy trabajando también en un proyecto, pero está todavía en fase embrionaria, sobre un topo (republicanos que se escondieron después de la guerra civil) que estuvo hasta 30 años sin salir de casa por miedo a represalias.
¿Crees que el público mitifica la profesión de cineasta?
A veces me quejo sin razón, ya que yo tengo el privilegio de hacerlo, pero para mí el proceso de guión puede llegar a ser angustioso. Cuando me bloqueo, me bloqueo por completo. Esa sensación de que no avanzas es dura psicológicamente. Cuando ya está el guión, el proceso es más agradecido y satisfactorio… También te vuelves un poco egocéntrico porque estás pendiente de la reacción del público y eso te genera inseguridades a veces.
La gente mitifica profesiones como el cine o la publicidad y las envuelve en un halo de glamour... luego puede llegar a ser infernal… (risas).
¿Cómo es una jornada cualquiera de Josemari?
Pues bastante de oficinista, porque trabajo en la productora. A mí me encanta hacer el trabajo de oficina, tiendo a procastinar mogollón con tal de no enfrentarme a la creatividad.. jajaja!
¿Y puedes escribir en la oficina?
Últimamente escribo en casa o en Koldo Mitxelena en jornadas de 8 horas, suelo ir cambiando. En la oficina es imposible escribir.
¿Profesionalmente, cómo ves el Festival? ¿Es una buena plataforma para lanzar películas y cineastas?
Para Loreak ha sido una pasada, sobre todo para el mercado español. Todo lo que ha venido ha sido a partir del Zinemaldi, en gran medida. Nos sirvió para conseguir distribuidora antes del estreno, con Contracorriente. Además, la película empezó a sonar en los medios estatales y se genera enseguida una inercia promocional que la mueve.
LOREAK tuvo muy buena acogida el año pasado en el Zinemaldia; ha estado seleccionada en las secciones oficiales de Londres, Tokyo, Zurich… Es la primera cinta en euskera que ha competido también por un Goya a la Mejor Película. Ahora está en la carrera de los Oscars 2016, junto a Magical Girl y Felices 140. ¿Por qué crees que Loreak ha gustado tanto?
El tema es bastante universal, puede entenderse en distintos países y culturas. Pero esto siempre es un misterio. Con otras películas que hemos hecho sí veo más o menos a quién le puede gustar y a quién no, como con 80 egunean, pero con Loreak me llevo siempre sorpresas, porque hay todo tipo de público que le gusta o que no le gusta…
Si el martes 29 de septiembre se diera a conocer que Loreak es la elegida por los miembros de la Academia para competir por el Oscar a la Mejor Película de Habla No Inglesa, en representación de España… ¿Cómo te quedarías?
Nos rompería los esquemas (risas). Lo primero sería una alegría increíble, obviamente. Y luego nos quedaríamos como “¿ahora qué hay que hacer?, tenemos que ir allí a promocionar la peli o qué?”
Los premios generan un discurso al que nos sumamos todos...¿Por qué el cine, y en general la cultura, se ha convertido en una competición de premios? ¿Es inevitable?
No sabría decírtelo, y es un poco coñazo. Aunque es un mecanismo que funciona a la hora de promocionar las pelis, a todos nos gusta enterarnos de quién ha ganado, etc. Pero es verdad que se convierte en una feria de las vanidades, y no sólo de los cineastas, también de los programadores y distribuidores. Es muy mediático y a la vez es una pena, porque pierde la pureza de enfrentarte a una película sin condicionantes.
Por ejemplo, en Gure sor lekuaren bila, que es la búsqueda del primer documental en euskera, en el estreno en Hasparren ves a la gente comentando la película con una mirada pura. Ahora tenemos la mirada más contaminada. No digo que hayamos perdido es inocencia, pero los premios generan un discurso al que nos sumamos todos, sin cuestionarnos nada.
En tus largometrajes has trabajado siempre junto a otro realizador. ¿Por qué este formato dúo?
Viene del origen de la productora. Los 3 socios de Moriarti nos conocimos en Sarobe y nos juntamos para hacer cortos. Cada uno tenía su proyecto de corto y nos apoyábamos, nos íbamos turnando en funciones. Cuando empezamos con los documentales optamos más por el formato de co-dirección, para repartir responsabilidades y poder compaginar el proceso con otras funciones y dedicación… y fuimos creciendo con esa fórmula, salvo en los cortos que había un único director. Cuando empezamos con los largos de ficción, seguimos con la co-dirección. A veces es conflictivo y tienes momentos en que matarías a tu co-director, pero llevamos muchos años y sabemos cada uno qué lenguaje tiene. Y al final las cosas que salen son producto también de esa tensión que se genera entre distintos criterios, te das cuenta de que la autoría puede ser algo colectivo. Y de hecho hay dúos de directores eternos.
¿En qué estás trabajando en estos momentos? ¿Estás escribiendo? ¿Nos puedes contar algo?
Estoy coescribiendo un guión sobre el gigante de Alzo. A nivel de financiación va muy bien. Y a nivel de guión nos ha costado encontrar el rumbo, pero ahora ya está encarrilado. Tenemos un reto con la recreación del personaje del gigante… tenemos que hacer un gigante de 2 metros 40, me imagino que va a ser una solución mixta, en momentos tendremos que tirar de dobles, en otros de truca, de zancos, o de efectos digitales… Porque dudo que encontremos un gigante de esa altura que sea actor y que sepa euskera…
Estoy trabajando también en un proyecto, pero está todavía en fase embrionaria, sobre un topo (republicanos que se escondieron después de la guerra civil) que estuvo hasta 30 años sin salir de casa por miedo a represalias.
¿Crees que el público mitifica la profesión de cineasta?
A veces me quejo sin razón, ya que yo tengo el privilegio de hacerlo, pero para mí el proceso de guión puede llegar a ser angustioso. Cuando me bloqueo, me bloqueo por completo. Esa sensación de que no avanzas es dura psicológicamente. Cuando ya está el guión, el proceso es más agradecido y satisfactorio… También te vuelves un poco egocéntrico porque estás pendiente de la reacción del público y eso te genera inseguridades a veces.
La gente mitifica profesiones como el cine o la publicidad y las envuelve en un halo de glamour... luego puede llegar a ser infernal… (risas).
¿Cómo es una jornada cualquiera de Josemari?
Pues bastante de oficinista, porque trabajo en la productora. A mí me encanta hacer el trabajo de oficina, tiendo a procastinar mogollón con tal de no enfrentarme a la creatividad.. jajaja!
¿Y puedes escribir en la oficina?
Últimamente escribo en casa o en Koldo Mitxelena en jornadas de 8 horas, suelo ir cambiando. En la oficina es imposible escribir.

Cartel de Loreak
Nos puedes decir 3 películas INPerdibles de cualquier nacionalidad y época… y una de ellas que sea vasca…
Como película vasca y en euskera, me apetece reivindicar Bi anai de Imanol Rayo. No tuvo mucho recorrido, pero tiene una visión muy clara en sus intenciones. Psicosis, porque soy muy fan de Hitchcock, empatizo mucho con su forma de pensar y de hacer. Es como el sentido común aplicado al cine. Y me viene, no sé porqué, Olvídate de mí de Michel Gondry con un guión de Charlie Kaufman, que me gusta muchísimo.


Las 3 películas INperdibles (entre otras) de Josemari Goenaga: Bi anai, Psicosis y Olvídate de mí.
Lo mismo, suerte con el blog.
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