Dir: Robert Rossen | Inter: Mel Ferrer, Anthony Quinn, Miroslava | EEUU 1951 | 106 min | ***
Uno de los poquísimos films taurinos producidos por Hollywood. Rossen enfoca su mirada en el mundo de los ruedos. Un mundo que, para mí, le cae algo más lejano que el de la política o el boxeo. Es la historia de un torero mexicano, mediocre Mel Ferrer, que estando en la cumbre pasa por una crisis de miedo que le hará rozar el fracaso. Es una visión crítica del mundo del toreo, realizada con fuste, las escenas del ruedo son un clásico, aún hoy, Rossen nos muestra un mundo donde también hay diferencias. Empresarios poderosos que se aprovechan de todo lo que les rodea, incluidos los toreros y empresarios pobres que casi mendigan para cerrar un contrato. Aparte de que el toreo es un arte, para los mexicanos, pero la frase que cierra el film deja clarísimo que lo que mueve todo ese mundo es el dinero.
Uno de los poquísimos films taurinos producidos por Hollywood. Rossen enfoca su mirada en el mundo de los ruedos. Un mundo que, para mí, le cae algo más lejano que el de la política o el boxeo. Es la historia de un torero mexicano, mediocre Mel Ferrer, que estando en la cumbre pasa por una crisis de miedo que le hará rozar el fracaso. Es una visión crítica del mundo del toreo, realizada con fuste, las escenas del ruedo son un clásico, aún hoy, Rossen nos muestra un mundo donde también hay diferencias. Empresarios poderosos que se aprovechan de todo lo que les rodea, incluidos los toreros y empresarios pobres que casi mendigan para cerrar un contrato. Aparte de que el toreo es un arte, para los mexicanos, pero la frase que cierra el film deja clarísimo que lo que mueve todo ese mundo es el dinero.
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