Por Antón
Ben Sharrock presentó esta película, dentro de la sección de Nuevos Directores, de Zabaltegi del Festival de San Sebastián. Es un film extraño dirigido por un escocés, filmado en Euskadi, y hablado totalmente en euskera. Hace recordar al cine de Aki Kaurismaki o Wess Anderson. Esa cámara estática y esos personajes también sin movimiento, soltando frases que no parecen tener ninguna o muy poca lógica. Es un tipo de cine que horroriza a algunos, a mi básicamente me cansa, pero encanta a otros. Tengo que confesar que Picadero me empezó por aburrir, pero poco a poco, la historia, o la no historia, me fue envolviendo y al final, sentí como cierta camaradería con ese par de desdichados, que la terminé por encontrar agradable. Todo el film está impregnado por cierta tristeza, la crisis que nos envuelve, esa estación por la que no pasa el tren que la pareja de jóvenes, espera y un humor muy soterrado, las escenas de la familia me parecen fantásticas, que también envuelve toda la película. A pesar de todo esto, el film resulta de lo más sombrío y diría que triste. Bienvenida sea esta película que es como un soplo de renovación en el llamado cine vasco.
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