Me encantaría encontrar películas sorprendentes dentro del género del terror, pero no es fácil. Y más, si están dentro del subgénero "exorcismos".
El Rito queda demasiado encasillado en esta categoría y, aunque hay momentos de terror en estado puro, no consigue acojonarnos como lo hiciera El Exorcista de W. Friedkin, matriz de todos los experimentos cinematrográficos posteriores sobre posesiones demoníacas.
Es verdad que hay buenas intenciones. Nuevos iconos demoníacos (la mula, las ranas...), Anthony Hopkins borda el papel de cura exorcista en pecado, y hay un buen giro de guión a mitad de historia.. Pero hay demasiada energía perdida en el razonamiento del protagonista, en contra de la existencia de posesiones fehacientes, asistidas por un nuevo ejército de exorcistas organizado desde Roma.
La película se diluye en un estilo de realización que no le va nada. Le falta "imperfección" y mala leche en una puesta en escena muy "sobrada" y hollywoodiense, que debería estar al servicio de una historia más íntima, tenebrosa y, sin duda, con potencial.
El guaperillas protagonista encajaría mejor en una TV-movie de vampiros, porque aquí resulta endeble e inverosímil casi todo el tiempo. Anthony Hopkins lo borra de la pantalla.
J
Comentarios
Publicar un comentario
Déjanos aquí tu opinión, tu sugerencia, tu discrepancia... o simplemente, un saludo... No te cortes.